El Dénia se dejó dos puntos al no pasar del empate ante L’Font (1-1). Un resultado justo y que pudo ser peor para el conjunto local, de no haber sido por la gran actuación que tuvo su portero Maxi quien en la primera mitad salvó de dos goles a su equipo.

El choque ya se advirtió que sería trampa para los hombres que dirige Pedro Perles, su rival sin ser uno de los mejores equipos de la categoría, es un equipo incomodo. Sabe cerrar muy bien su defensa y se nota que es un grupo de jugadores muy trabajado que lleva varias temporadas jugando juntos.

El primer susto de la tarde llegó cuando apenas se llevaban 30 segundos de juego y Blanes se plantó solo ante Maxi quien le supo aguantar para desviar el balón cuando el banquillo visitante cantaba gol.

Al Dénia le costó mucho entrar en el partido, su línea medular no funcionó , solo Ramis, estuvo a su altura, cuajando su mejor actuación desde su llegada al equipo. Las dudas defensivas en los locales provocó situaciones complicadas. Mientras que los atacantes no recibieron balones francos para ser jugados. Solo alguna penetración de Segui hasta línea de fondo y poco más.

A la media hora de juego, Piñero remató al fondo de las mallas un balón muerto en el área pequeña de L’Font. El Dénia se adelantó en el marcador pese a que su rival había sido mejor. A raíz de este tanto, los locales se entonaron y comenzaron a mandar sobre el campo ante un rival que bajó mucho su rendimiento. Se llegó al descanso con mínima ventaja local pero con un partido sin cerrar.

En la segunda parte, el Dénia comenzó a mandar sobre el campo, pero su rival poco a poco se fue estirando llegando cada vez más con peligro al área local. En el minuto 61 una caída de un jugador visitante en el área dianense fue castigada con pena máxima, que Percha anotó subiendo el empate al marcador.

Quedaban muchos minutos pero ni con los cambios introducidos por Perles el Dénia mejoró. Eso sí a base de orgullo intentó marcar pero con más corazón que con juego. Al final segunda jornada consecutiva sin ganar para un equipo que no jugó su mejor fútbol.

Crònica de Javier Zamora